Un verdadero atractivo con arte, cultura, historia y el devenir de la charrería, el que se muestra en el Museo Charro que se instaló en el seno del Rancho Santa María, sede del LXX Congreso y Campeonato Nacional, porque tiene piezas muy valiosas que datan del Siglo XVI, XVIII y XIX, muy significativos de lo que vale este deporte en la actualidad, porque desde la conquista misma, inició una gesta heroica, hecha deporte y realidad.
El Consejo Directivo que representa el Dr. Miguel Ángel Pascual Islas siempre preocupado por llegar a la esencia de su historia y mostrarla a todo el mundo, trasladó el Museo Charro desde la Ciudad de México a Tlajomulco de Zúñiga y exhiben piezas no sólo de colección, sino dignas de admirarse, como los arreos que aportó a la causa Hidalgo -es su patrimonio cultural-, entonces cuanto se presenta al visitante, le lleva de la mano y en acción visual a descubrir tiempos y valía.
El señor Guillermo Hernández Morones se encarga de hacer la guía a los visitantes, una explicación inteligente, concisa, directa, permite descubrir el porqué de las cosas; Señala, «éstas espuelas, son de la época de la conquista y después, sólo las utilizaban los hacendados y funcionarios que provenían de España, fue cuando los «naturales» eran limitados a manejar caballos o usar arreos, montaban a pelo y eso para trabajo, únicamente».
Pero ya desde la entrada han de impactar los trajes, las sillas y monturas diversas, tanto por su composición, como por sus materiales y la naturaleza de ello, eran propias de los pudientes, adornadas con multiplicidad de prendas que muestran opulencia, exigencia y muchas cosas, tales como la de Esqueleto Cola de Pato, donada por Víctor Becerril; la de canutillo de oro y plata y vastos cuadrados del Siglo XVIII, las sillas vaqueras mexicanas provenientes de Guamuchil, Sinaloa.
Los trajes -todos hermosos y con una historia propia-, explica Don Memo, «con motivos prehispánicos, como es el traje de charra de etiqueta, de 1940, el traje de gala de 1970 marca una diferencia, mas no la riqueza y presentación. El traje de charro bordado en gamuza de venado, con canutillo de oro de 1920; el traje de dama charra de gala de 1980 y el de «China Poblana», que impresiona su trabajo, colores y presentación», ¡tienen historia fiel y bien contada!.
Siempre será interesante conocer, descubrir, preguntar, oír las explicaciones de los cinchos con cordón y argollas hechas en acero y plata; otro de cerdas con crin y cola de caballo. Los frenos estilo de filete, Bigote Moro, llave «boca de sapo» y zacatecano. Zarapes, albardas -dos del Siglo XIX-, y sin pasar por alto el principio de la charrería, con los trajes de Chinaco, ahí donde tuvo su origen la transformación al ahora traje de charro, comenzando por el de faena, media gala, gala y etiqueta, un cúmulo de riqueza e historia, que bien vale la pena considerar y repasar.
Claro que el ingreso al museo es totalmente gratuito -así como ocurre en la Ciudad de México-, por lo que aficionado que asista a las acciones del LXX Campeonato Nacional Charro no debe perder la oportunidad de conocer un poco más, Don Memo lo guiará y ofrecerá la explicación a sus preguntas, dudas, inquietudes, ¡sólo hemos de enriquecer y enaltecer nuestra historia y de la charrería misma, todos serán bienvenidos…!