MATEHUALA | José del Carmen Morales Leija
Amigos, buenas tardes, los saludos y mejores deseos como siempre, desde el Altiplano Potosino, comparto esta publicación sobre caballos salvajes, espero les sea de utilidad:
La mayoría de los caballos considerados “salvajes” hoy en día deberían definirse más bien como “asilvestrados”, para mayor precisión, pues en su origen proceden de animales domésticos. Si bien hace ya mucho tiempo que perdieron cualquier influencia doméstica y presentan un comportamiento salvaje en todos los sentidos, no tienen la naturaleza indómita del caballo de Przewalski o la cebra.
Los más conocidos son el mustang americano y el brumby australiano, aunque también se encuentran caballos asilvestrados en otras partes del mundo.
El mustang es uno de los grandes símbolos de la naturaleza y el espíritu de supervivencia del Lejano Oeste. Vive en terrenos áridos de suelo altamente alcalino poblado de matorrales que se extienden por vastas llanuras hasta cumbres rocosas de varios estados norteamericanos, cabe destacar su presencia en Nevada, estado que lo eligió como imagen de la moneda de cuarto de dólar conmemorativa en 2006. Su historia como caballo que se ha vuelto salvaje con el tiempo contribuye a su atractivo; de hecho, su nombre deriva del término español “mesteño”, que designa a un caballo sin dueño.
La teoría generalmente aceptada es que el mustang actual desciende de caballos, llevados al continente americano por los exploradores españoles en el siglo XVI, que fueron abandonados o se escaparon. Las características vitales de las razas españolas, con una larga historia de resiliencia, se han ido transmitiendo de generación en generación.
Esos rasgos han sido muy útiles a los mustangs, que se han convertido en animales fuertes, capaces de adaptarse a un terreno duro y a unos pastos escasos. De unos 142 cm de alzada media, pueden presentar diferentes capas: alazán, bayo y ruano son colores comunes. También reflejan la influencia de caballos de rancho y otras razas, que se escaparon o fueron liberados sobre durante el siglo XIX. Famosos por su uso en los ranchos y como montura tanto de la caballería de los Estados Unidos como de las tribus indias, su espíritu luchador se suma a los valores de coraje y resistencia que caracterizan al Oeste norteamericano.
Se han transmitido numerosas leyendas respecto al mustang. Durante más de sesenta años, mucho más allá de la esperanza de vida de cualquier caballo, se escucharon historias sobre un excepcional semental blanco. El espacio donde supuestamente vivió aquel magnífico caballo también va más allá de los límites de la credibilidad, pues decían haberlo visto en lugares tan alejados como Texas y Montana.
Parecer ser que era más veloz que ningún otro caballo, muy inteligente a la hora de evitar su captura, y capaz de organizar campañas de precisión militar para proteger a su manada del peligro. Incluso el New York Times narró sus hazañas en 1882. Muchos nativos americanos creían que era un caballo fantasma. Se llegó a ofrecer una importante recompensa económica a quien lo capturase vivo, pero nadie la reclamó. Probablemente fue lo mejor, tanto para el caballo como para la leyenda.
Aunque estas historias siempre deben mucho a la rumorología y la imaginación, los relatos del semental fantasma blanco presentan ciertos indicios de veracidad. Cuentan que colocó a sus yeguas en un círculo defensivo contra los lobos, un comportamiento documentado por los guardabosques que han realizado seguimientos de los caballos de Pzrewalski. También cuentan que cooperó con los sementales de otras manadas, hasta convertirse en el líder de todos aquellos caballos en momentos de peligro, otro comportamiento documentado por naturalista que han observado manadas de caballos salvajes.
A finales del siglo XIX, cuando esta historia cautivó la imaginación de la gente, el caballo blanco no era más que otro animal entre más de un millón de caballos salvajes que corrían por las grandes praderas. Es probable que varios ejemplares blancos entre los caballos ruanos, tordos y bayos de las enormes manadas impresionaran a los viajeros. En poco tiempo sus historias pudieron fusionarse en un solo animal de cualidades míticas, la personificación del espíritu indomable, un blanco semental salvaje fantasma…
Amigos, esta historia continuará en nuestra próxima colaboración, hasta entonces, por lo pronto, mis deseos que el Supremo Caporal los llene de bendiciones.