El 14 de septiembre se celebra EL DÍA NACIONAL DEL CHARRO, desde 1934 se realiza esta celebración por mandato del Presidente de la República el General Abelardo L. Rodríguez, quien antes había decretado a la charrería como Deporte Nacional de México.
Vestirse de Charro, es como vestirse de caballero, sabiendo bien que el segundo no precisa del primero.
Que más que un traje por fuera importa el taje por dentro, más que la gala del traje la gala del sentimiento
Por eso un buen charro sabe que está cubriendo
Y luciendo con noble traje, su firme nobleza de caballero.
Vestirse de Charro es: vestirse dos veces de caballero.
Vestirse de Charro es como vestirse de México, sus minas en sus espuelas, sus cumbres en sus sombreros.
Pero no solo por fuera es vestirse de México, que al mineral de la patria y a la cumbre de sus cerros en la estrella de la espuela y en la cima del sobrero, han de juntar plata viva, lo noble del pensamiento, lo firme de la palabra y lo claro de los hechos.
No solo en el lienzo charro hay que ser charro, hay que serlo en el lienzo de la vida, en este encendido lienzo, en el que con más bravura y menos lucimiento, hay que demostrar diariamente, a galas y jineteos con el ardor de la sangre, el gesto de caballero.
Vestirse de Charro es como vestirse de México, y todo buen charro doblemente caballero, sabe a cuanto se obliga un hombre que va vestido de México.
El 1 de diciembre de 2016 la Charrería, Tradición Ecuestre Mexicana es declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad distinción otorgada por la UNESCO.
La Charrería es un deporte con una gran tradición, es un orgullo y símbolo de mexicanidad ante los ojos de todo el mundo.
El valor, garra, entrega y pasión con la que un charro o escaramuza se presenta en cada actuación, en cada lienzo, en cada rincón donde se practica el Deporte Nacional por Excelencia, no tiene comparación, es la mayor muestra de la pasión que representa nuestra nacionalidad, el ser mexicano. Portar con gallardía, orgullo, elegancia y dignidad los atuendos que nos distinguen en cualquier rincón del mundo es una obligación, es mostrar los colores de nuestra patria, es simplemente eso, ser Charro Mexicano.
El 7 de mayo de 2016 la Charrería es decretada por el Gobierno del Estado de San Luis Potosí como Patrimonio Cultural Intangible del Estado.
“Charrería Mexicana”, deporte nacional por excelencia.
La Charrería es motivo de orgullo y tradición de la cultura mexicana. Su práctica combina la equitación con diversas formas de jaripeo, actividades ecuestres y formas tradicionales de la ganadería. En México, la Charrería es considerada como deporte nacional por excelencia desde que fue registrada en la Comisión Nacional del Deporte.
La charrería se realiza en «Lienzos Charros» que son instalaciones especialmente diseñadas para su práctica junto con un caballo y un jinete denominado “charro”.
Breve historia de la Charrería.
Tiene sus raíces en los estados de Hidalgo y Jalisco, convirtiéndose en una de las tradiciones mexicanas más representativas de nuestra cultura. Como escuela Hípica, se origina en los llanos de Apan, Hidalgo, y tras pasar la Revolución mexicana a principios del Siglo XX, se le considera como Deporte Nacional cuando los antiguos terratenientes emigran a ciudades como la Ciudad de México y Guadalajara, donde se comienzan organizar en asociaciones que gradualmente se extendieron por todo el país dando lugar a la Charrería Organizada.
Vestimenta en la Charrería
El atuendo Charro de ayer y de ahora…
Traje de faena: Se compone de sombrero de palma, camisa sin cuello, saco de tela o gamuza sin adornos. Pantalón sin bolsa trasera, botines de piel y el general se utilizan colores en tonalidades café o gris, corbata discreta de moño colgante estilo mariposa. Traje de media gala: Sombrero de fieltro, camisa de cuello volteado, corbata elegante haciendo juego con el traje, chaqueta de gamuza o casimir con tres presillas en cada manga y broche lujoso en el pecho. Pantalón con botonadura de plata en cada lado. Cinturón con adornos de acuerdo a los colores y materiales de todo el conjunto.
Traje de gala: De color gris, azul obscuro o negro, con sombrero galoneado y botonadura de plata desde la cintura hasta el tobillo, exige adornos discretos pero finos, pistola con funda bordada. Camisa de cuello volteado y chaqueta del mismo material. Corbata discreta con bordados finos de preferencia plateados haciendo juego con la botonadura y el sombrero.
Traje de Etiqueta o Ceremonia… el más elegante de todos, se utiliza en ocasiones muy especiales, pero nunca a caballo.
Como parte importante del traje de charro, Las espuelas… fabricadas en Amozoc, Puebla… “cuyo pavón no borra el tiempo, ni el andar maltrata…”, según reza el refrán popular, mantienen vigente la herencia del diseño árabe y español. El atuendo del caballo con sus arreos, hacen juego con la vestimenta de su dueño.
Los orígenes del traje de charro, provienen de la misma actividad en el campo, desde que a los nativos de la Nueva España, se les permitió montar a caballo y realizar las faenas propias de sus actividades.
La silla ha sufrido modificaciones, conforme fueron surgiendo nuevas labores con el ganado.
La anquera, descendiente de la gualdrapa, que es como una enagüilla de cuero grueso que cubre el anca del caballo y va ribeteada alrededor de su parte baja con zarcillos o brincos, hermosamente calados, de los cuales cuelgan algunos adornos llamados “higas y cascajos” a los que la gente de campo llama “ruidosos”. Este aditamento sirve para amansar al potro y asentarle el paso y es muy útil para ayudar a su educación, además de que lo defiende de las cornadas de los toros.+
Datos relevantes
Los charros deben cumplir con un reglamento para la práctica de su deporte y la vestimenta.
Cuentan incluso con un riguroso protocolo para iniciar las celebraciones y los encuentros entre equipos.
La charrería va mucho más allá de la ejecución de suertes a caballo o de lucir la majestuosidad de un traje de charro. Se trata de un deporte ecuestre que, como disciplina deportiva, requiere mucho esfuerzo, preparación física y una gran concentración para llevarlo a cabo.
La Asociación Nacional de Charros define la charrería como la práctica de la equitación a la usanza nacional y de las diversas formas de jaripeo, así como una de las tradiciones mexicanas más representativas en la que se exalta el valor, la intrepidez y la hombría del charro, además del brío y la estampa del caballo, enmarcados en una fiesta de música y color.
La charreada es una competencia que puede desarrollarse en distintas modalidades, bien sea individual o por equipos, y/o en distintas categorías.
Por equipos, consiste en realizar las faenas charras que son nueve y se integran de diez suertes; pueden competir dos o tres equipos y también un equipo o dos de escaramuza charra, según las características con las que sea convocada la charreada.
Éstas pueden ser en las categorías infantil, juvenil, adultos y mayores.
Actividad de gran esfuerzo
Para quienes se dedican a la charrería, esta disciplina les requiere de una gran pasión, de muchas horas de práctica y de una gran condición física.
«Mucha gente cree que porque estamos arriba de un caballo no se requiere de mucho esfuerzo. Pero no es así, debemos ejercitarnos para tener una gran condición física, porque estar arriba de un caballo cansa, y cansa mucho. Por eso debemos realizar una rutina de ejercicio aparte de los que ejecutamos montados en el equino».
Es que ser charro o charra no solo implica tener un buen desempeño en el caballo o con la reata, sino que es una forma de vida, un respeto por nuestras tradiciones, por la imagen y el traje de charro.
«Los que somos charros le debemos un gran respeto al traje. Lo debemos portar con gran orgullo, vestirlo dentro de casa y regresar con éste. La imagen que en muchas películas se le ha dado al charro no va con nuestra realidad; ser charro no es sinónimo de ser macho, sino que es símbolo de toda la mexicanidad».
Sobre esto, el reglamento de la Federación señala que «todo charro, competidor o no, deberá permanecer en las instalaciones de un lienzo charro, antes, durante y después de una competencia, correctamente vestido».
Como deporte, la charrería tiene un calendario de competencias (oficiales o amistosas), que se llevan a cabo en los lienzos charros de diversos puntos del país, donde pueden participar las diferentes categorías de esta disciplina, que va desde las ligas infantiles como Dientes de leche, que incluye a los niños menores de nueve años con once meses, hasta adultas, donde no hay límite de edad.
Para unirse a la gran familia charra de México no hay edad, peso o estatura requerida; el único requisito es tener un caballo
SUERTES CHARRAS
En la charreada se ejecutan nueve suertes consideradas de competencia:
Cala de caballo: Esta faena es la demostración de la buena rienda y educación del caballo. Comprende buen gobierno, estribo, mansedumbre, andadura, galope, carrera, ceja y posturas de cabeza y cola.
Piales en el lienzo: Consiste en detener a una yegua en plena carrera, la cual es lazada exclusivamente por un charro, quien montado en su cabalgadura, amarra su reata en la cabeza de la montura para chorrearla a cabeza de silla, hasta detener por completo la carrera del animal.
Colas o Coleadero: Se trata de seguir y derribar un novillo en un terreno máximo de 60 metros.
Escaramuzas: Suerte en la que la mujer participa activamente con un conjunto de ejercicios ecuestres, realizados a galope por un grupo de ocho integrantes, vestidas de charras o de adelitas, montadas al estilo mujeril sobre una albarda (con la pierna derecha cruzada). Es ejecutada al ritmo de la música.
Jineteo de Toro: Se le quita lo bravo a un toro, montándolo hasta que no repare más.
Terna en el ruedo: Tres charros entran al ruedo para dominar a un toro con sus reatas, lazado uno de la cabeza y otro de las patas, para derribarlo.
Jineteo de yegua bruta: Se debe domar a la greñuda, montándola hasta que se rinda y deje de reparar.
Manganas a pie: es la única suerte de la charrería que se realiza con el charro sin estar montado a caballo, donde se ejecuta el arte del floreo de reata, lazar las manos de la yegua corriendo alrededor del ruedo y culminar derribándola.
Manganas a caballo: Esta suerte es similar a las manganas a pie, solo que el lazador debe estar montado en su caballo.
El Paso de la muerte: Un charro montado en su caballo a pelo, tiene que pasar de un brinco y en plena carrera a una yegua bruta, con el riesgo y consecuencias que esto conlleva; de ahí su nombre.